viernes, 30 de noviembre de 2012

La tiranía de internet

Se suele comentar que quien no está en Internet, no existe. La verdad es que, en la actualidad, me parece una afirmación bastante falsa, porque puedes estar en la red y no existir y puedes no estar en internet y existir, tener presencia en ella.

Me explico. A partir de la afirmación que he hecho arriba, hubo un boom en la creación de páginas web que quizá en un primer momento tuvo su lógica e incluso su éxito; pero internet avanza y evoluciona rápido y muchas de esas páginas, cuyo mantenimiento ha sido nulo, se quedaron obsoletas en un espacio muy corto de tiempo y ya no tienen utilidad alguna. Por lo tanto, negocios y personas están en internet, pero es como que no existieran.

La otra variante se está dando en la actualidad. Hay personas, negocios o, vinculados al turismo, monumentos que no tienen página web alguna, facebook ni nada semejante y que, sin embargo, existen en internet y, es más, son valorados sin el conocimiento de los propietarios.

Nunca había hecho caso a ciertas páginas hasta que me llegó un comentario en torno a San Martín a mi sistema de alertas de Google.

Alguien había vertido una opinión sobre la iglesia de San Martín de Frómista en una página que se llama Tripadvisor y la consulté. Introduzco el enlace para que quien quiera lo pueda consultar. No se puede tener queja ya que ninguno de los comentarios es negativo: lo máximo es alguna opinión calificando de normal el monumento y que conocían otros edificios románicos que les gustan más. En esta página se valora muchos de los mejores monumentos de la geografía de Castilla y León y supongo que también del resto de España.


Cuando hablo de la tiranía de internet lo hago pensando en quienes tenéis negocios en Frómista orientados hacia el turismo. También he encontrado opiniones en torno a algunos de negocios en Frómista en páginas como Trivago, Tripadvisor, Toprural o Brujulea. No hay, de momento, opiniones negativas, pero hay que tener en cuenta que hoy en día cualquiera puede verter opiniones sobre vuestros negocios evaluando hasta el mínimo detalle (trato al cliente, limpieza, calidad de productos y servicios) y que la gente no se corta un pelo a la hora de valorar, porque he llegado a ver valoraciones tremendamente negativas a algún establecimiento hostelero de nuestra provincia, demoledoras, por el simple motivo de intuir que trataban mejor a otro cliente de las mesas vecinas.

Por eso hablo de la tiranía de internet, porque un mal gesto, una palabra a destiempo o una mirada extraña a un cliente puede tener más repercusiones de cara a la imagen de un establecimiento que el trabajo bien hecho día a día. Y, ¡ojo!, porque este tipo de páginas cada vez son más consultadas de cara a organizar viajes y vacaciones.

Es más, a mi Facebook llegan invitaciones para probar Tripadvisor y páginas similares. ¿A vosotros no?

martes, 20 de noviembre de 2012

Hace un par de meses ya, celebramos la llegada del visitante 600.000 a la iglesia de San Martín. La noticia tuvo su reflejo en El Diario Palentino y El Norte de Castilla así como en el Facebook tanto de la propia iglesia como de Turismo Frómista.

Esa cifra refleja el número de visitantes recibidos en el templo desde que se instauró el cobro de una pequeña aportación monetaria para su visita en el año 2002 que ha permitido mantener su apertura diaria a lo largo de todos estos años y el mantenimiento de los gastos que ello conlleva, es decir, ha convertido a esta iglesia en una entidad autosuficiente para su mantenimiento.

La media, por tanto, en este período de tiempo ha sido de 60.000 visitantes cada año, con los lógicos altibajos: por encima los años en los que se conmemora el Año Santo Comportelano o Jacobeo y por debajo otros años, sobre todo estos dos últimos, en los que la crisis general ha sido más notoria pero, aún así, las cifras no dejan de ser espectaculares.

¿Por qué son espectaculares? Frómista cuenta, aproximadamente, con 850 habitantes. A tenor de estas cifras y estadísticamente hablando, tocamos a 70,5 visitantes de San Martín por cada habitante de nuestra localidad. Creo que en el mundo no existe un lugar turístico que tenga una ratio semejante. Para que os hagáis una idea de la envergadura de la cifra que manejo arriba, en 2006 Madrid fue la cuarta ciudad europea más visitada con 3.900.000 turistas; por otra parte leo en Wikipedia que en 2011 Madrid cuenta, en números redondos, con 3.294.000 habitantes (es decir, la relación es de un poco más de un turista por cada habitante; para equipararse a la ratio de Frómista, Madrid debería de recibirs cada año la friolera de algo más de 232.000.000 de turistas -y la cifra está bien calculada-).

Estoy procurando ser muy preciso en las expresiones que utilizo. Constantemente estoy hablando de visitantes de San Martín y no lo hago de manera gratuita ya que NO toda la gente que viene a Frómista visita la iglesia (bien porque ya la conocen de viajes anteriores, bien porque no quieren pagar por visitarla o bien porque no tienen interés lo cual es más fácil observar en los peregrinos, porque hay determinados meses del año en que los albergues están llenos o prácticamente llenos todos los días y, sin embargo, el número de peregrinos que visita el templo no se acerca al número de plazas que hay ocupadas en los albergues).

Este dato es importante porque supone que Frómista, como villa, aún recibe un número mayor de visitantes (es decir, en Frómista, en ese mismo período de tiempo, ha habido más de esos 600.000 visitantes) y que económicamente suponen una inyección importante a la actividad local porque, independientemente de la visita al templo, raro es el visitante que no compre algún recuerdo, coma, se aloje o se siente en una terraza a tomar algo.

Por tanto, seamos conscientes de la importancia que esta actividad tiene para nuestra villa y también de su impacto económico, y seamos conscientes también de otra cosa que muy posiblemente mucha gente con negocios orientados hacia el turismo en Frómista ni tan siquiera imagina: estamos constantemente vigilados y muchas veces evaluados sin que lo sepamos y esas opiniones circulan libremente por todo el mundo.

Hoy no hablo más. Este será el tema de mi próximo comentario.

Por cierto, amablemente el administrador del Facebook de San Martín me ha autorizado a utilizar la foto que aquí incluyo yo y que él editó para conmemorar la recepción del visitante número 600.000, lo cual le agradezco porque ambos creemos que en la difusión de nuestra villa y sus atractivos tenemos que unir nuestros esfuerzos y caminar ambos en la misma dirección.