martes, 8 de enero de 2013

La iglesia de San Pedro comienza a edificarse en el siglo XIV y su construcción se desarrolla durante varios siglos, pues su portada es renacentista faltando en ella un cuerpo superior que iría sobre el construido, que semeja un arco de triunfo. Un seña de identidad de la iglesia de San Pedro es su eje torcido. Quien entre en ella, verá enseguida que la iglesia no está recta, sino que su eje forma una ligera curvatura. En los dibujos de las bóvedas se va viendo la evolución del estilo gótico, pues son muy sencillos en la cabecera y muy elaborados en la zona del coro y sotocoro.
Como iglesia parroquial que es, en ella se encuentran retablos junto con otras imágenes escultóricas y pinturas que os detallaré en otros mensajes. Así mismo, en un futuro os hablaré del Museo que aloja San Pedro en unas capillas laterales, ya que todo ello se merece un espacio más amplio.

Comentada la arquitectura, se puede destacar del templo algunas de las obras que en ella se conservan, como por ejemplo los dos cuadros de Gregorio Ferro (discípulo de Mengs) en los que se representa a San José con el Niño y un Cristo Crucificado, ambas obras del siglo XVIII y que en origen pertenecieron al desaparecido monas-terio benedictino que ocupaba el solar en el que en la actualidad está el Centro de Salud.
El retablo mayor es de estilo renacentista y en las pinturas se puede observar momentos relaciona-dos con la vida de S. Pedro (cuando es llamado por Cristo para ser su discípulo y su martirio) y San Pablo (su conversión y su martirio), ambos santos titulares del templo. Por la iglesia también se encuentran diferentes esculturas, algunas de ellas de tipo devocional, del siglo XVIII, mostrando diferentes már-tires con los atributos de su martirio sobre bandejas que portan en sus manos (Santa Águeda -sus pechos- y Santa Lucía -sus ojos-) y pensadas para mover a la devoción popular.

Un elemento muy importante de la iglesia de San Pedro es el órgano ibérico. Este órgano es del siglo XVIII, para mi gusto bastante sobrio en sus formas, ya que no tiene ninguna decoración como nos pueden ofrecer, por ejemplo, los de Santoyo o Támara. Fue construido por los hermanos Antonio y Tomás Ruiz en el año 1788. Aunque vecinos de Sasamón, Tomás Ruiz se establecerá en Frómista, desde donde acude a construir o arreglar los órganos que contrata. La decoración de la caja, a la que antes aludía, se limita a unos listones dorados y tonos marrones y verdes jaspeados. Fue restaurade en 1998. En el frente hay un torreón de 9 tubos cantantes en mitra y dos castillos laterales, con 11 tubos cantantes cada uno.
Simplemente añadir que las características técnicas del órgano están tomadas del "Inventario de los Órganos de la Provincia de Palencia" editado por Araduey-Campos en el año 2008.

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