A Frómista también se le conoce con el sobrenombre de "La Villa del Milagro", esto se debe a un hecho que tuvo lugar allá por el año 1453, según reza en la inscripción de "La Piedra del Milagro", monolito que está situado delante de la casa donde sucedieron los hechos, para conmemorar lo ocurrido.
Pedro Fernández de Teresa era un cristiano viejo, mayordomo del hospital de San Martín, un día se produce un incendio y necesita dinero para reparar los daños del edificio, ocasionados por las llamas. Se lo pide prestado a un judío que vivía en la localidad, sin embargo no pudo devolver el préstamo en el plazo indicado,y por ello, Matutiel Salomón, que así se llamaba el judío, lo denuncia a la autoridad eclesiástica, ésta excomulgó a Pedro, cuando se vio en esta situación, devolvió el dinero al judío, pensó que una vez hecho el pago ya era suficiente para levantar el castigo religioso, no comunicó que la deuda estaba saldada, para que le fuese levantada la excomunión.
Unos años más tarde, Pedro cae gravemente enfermo, pidió confesión y comunión al párroco de la iglesia de San Martín, a su domicilio se traslada el sacerdote, Fernández Peréz de la Monja, tomó confesión al cristiano, efectuada la cual, se procedió a darle la comunión, sin embargo, misteriosamente y sin explicación alguna, la Sagrada Forma que le iba a ser administrada, se quedó pegada a la patena sin que hubiera manera de que fuera despegada de allí, extrañado ante tal hecho, el cura le pidió al enfermo que reflexionase a ver si había olvidado de confesar algo, Pedro recordó todo el asunto del préstamo y la excomunión, lo cual fue comprobado por el sacerdote, levantada la excomunión se le pudo administrar la Sagrada Forma, aunque tuvo que utilizar otra, pues la primera jamás pudo despegarse de la patena, aún se conserva, sin restos de la Sagrada Forma, en el Museo Parroquial de la iglesia de San Pedro.
Este milagro alcanzó una fama importante en la comarca, naciendo entorno a él una gran devoción popular, incluso en los pueblos vecinos, hay noticias de algunas procesiones que llegaban hasta la Villa del Milagro para pedir por el fin de alguna plaga o sequía que les azotaba.
PATENA
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