Hace un par de meses ya, celebramos la llegada del visitante 600.000 a la iglesia de San Martín. La noticia tuvo su reflejo en El Diario Palentino y El Norte de Castilla así como en el Facebook tanto de la propia iglesia como de Turismo Frómista.
Esa cifra refleja el número de visitantes recibidos en el templo desde que se instauró el cobro de una pequeña aportación monetaria para su visita en el año 2002 que ha permitido mantener su apertura diaria a lo largo de todos estos años y el mantenimiento de los gastos que ello conlleva, es decir, ha convertido a esta iglesia en una entidad autosuficiente para su mantenimiento.
La media, por tanto, en este período de tiempo ha sido de 60.000 visitantes cada año, con los lógicos altibajos: por encima los años en los que se conmemora el Año Santo Comportelano o Jacobeo y por debajo otros años, sobre todo estos dos últimos, en los que la crisis general ha sido más notoria pero, aún así, las cifras no dejan de ser espectaculares.
¿Por qué son espectaculares? Frómista cuenta, aproximadamente, con 850 habitantes. A tenor de estas cifras y estadísticamente hablando, tocamos a 70,5 visitantes de San Martín por cada habitante de nuestra localidad. Creo que en el mundo no existe un lugar turístico que tenga una ratio semejante. Para que os hagáis una idea de la envergadura de la cifra que manejo arriba, en 2006 Madrid fue la cuarta ciudad europea más visitada con 3.900.000 turistas; por otra parte leo en Wikipedia que en 2011 Madrid cuenta, en números redondos, con 3.294.000 habitantes (es decir, la relación es de un poco más de un turista por cada habitante; para equipararse a la ratio de Frómista, Madrid debería de recibirs cada año la friolera de algo más de 232.000.000 de turistas -y la cifra está bien calculada-).
Estoy procurando ser muy preciso en las expresiones que utilizo. Constantemente estoy hablando de visitantes de San Martín y no lo hago de manera gratuita ya que NO toda la gente que viene a Frómista visita la iglesia (bien porque ya la conocen de viajes anteriores, bien porque no quieren pagar por visitarla o bien porque no tienen interés lo cual es más fácil observar en los peregrinos, porque hay determinados meses del año en que los albergues están llenos o prácticamente llenos todos los días y, sin embargo, el número de peregrinos que visita el templo no se acerca al número de plazas que hay ocupadas en los albergues).
Este dato es importante porque supone que Frómista, como villa, aún recibe un número mayor de visitantes (es decir, en Frómista, en ese mismo período de tiempo, ha habido más de esos 600.000 visitantes) y que económicamente suponen una inyección importante a la actividad local porque, independientemente de la visita al templo, raro es el visitante que no compre algún recuerdo, coma, se aloje o se siente en una terraza a tomar algo.
Por tanto, seamos conscientes de la importancia que esta actividad tiene para nuestra villa y también de su impacto económico, y seamos conscientes también de otra cosa que muy posiblemente mucha gente con negocios orientados hacia el turismo en Frómista ni tan siquiera imagina: estamos constantemente vigilados y muchas veces evaluados sin que lo sepamos y esas opiniones circulan libremente por todo el mundo.
Hoy no hablo más. Este será el tema de mi próximo comentario.
Por cierto, amablemente el administrador del Facebook de San Martín me ha autorizado a utilizar la foto que aquí incluyo yo y que él editó para conmemorar la recepción del visitante número 600.000, lo cual le agradezco porque ambos creemos que en la difusión de nuestra villa y sus atractivos tenemos que unir nuestros esfuerzos y caminar ambos en la misma dirección.
No hay comentarios:
Publicar un comentario